"Feliz Dia a Todas esas mujeres que Luchan "
Discurso Eva Perón: Civismo ante el Partido Peronista Femenino
4 de mayo de 1950, con motivo del almuerzo ofrecido en su honor por el Partido Peronista Femenino Distrito Capital Federal.
Agradezco emocionada las palabras que acaban de
pronunciar la delegada de la Capital, la secretaria de la Junta
Metropolitana Femenina, la señora subcensista en representación de todas
las compañeras, el señor ministro de
Industria y Comercio, que me ha emocionado profundamente, el doctor
Cámpora y el compañero Espejo. Han estado aquí representadas las mujeres
Peronistas de la Capital, el Poder Ejecutivo, la Cámara de Diputados, y
las fuerzas todas del trabajo por medio del Secretario General
Confederación del Trabajo. Qué más puede ambicionar una humilde mujer
que ha abrazado la causa de los trabajadores, de los humildes de la
patria, que se reúna un grupo de mujeres y de hombres de bien para
levantar sus copas y brindar por una fiesta que se refiere a mi persona.
Ustedes me colman de felicidad en mis sentimientos de mujer, al saber
que aquí se ha tendido una mesa de amor, de camaradería, de solidaridad.
Agradezco emocionada todas las palabras que se han
pronunciado, como asimismo a las compañeras del Partido Peronista
Femenino, por el Distrito Capital, por este acto simbólico, porque nos
sirve también para estrechar vínculos, para aunar opiniones y para
conocernos mejor, en esta empresa que hemos iniciado de colaborar y
apoyar al General Perón. Y ya que el tiene como columna vertebral a la
clase trabajadora, nosotras queremos ser una de las vértebras de esa
columna maravillosa sobre la cual se apoya, respalda y con la cual
trabaja tan tranquilo el General Perón.
Al aceptar de la Asamblea Nacional de Mujeres la
inmensa responsabilidad de presidir este movimiento, lo hice porque
pretendía, y pretendo, tratar de unir a todas las mujeres Peronistas, y
canalizar esa fuerza extraordinaria del Perónismo por el camino de las
fuentes creadoras, dignificadoras y grandiosas, por el sentido
patriótico de la doctrina Peronista. La responsabilidad era grande; no
lo ignoraba, pero la acepté. Y quiero que todas las mujeres del país
sepan, una vez más, que Eva Perón ama entrañablemente a todas las
Peronistas, a todas por igual, y aun más a aquellas que desde los mas
lejanos rincones de la patria trabajan con su corazón puesto al servicio
del Líder de la Nacionalidad, el General Perón.
Aprovecho esta oportunidad para darles un consejo, no
solo a las mujeres Peronistas del Distrito Capital, sino a todas las
Peronistas de la República, subcensistas y censistas de todo el
territorio de la Patria. Ustedes tienen una gran responsabilidad, como
bien lo dijo el compañero Espejo: la responsabilidad de comprender a
todas las compañeras, la de tratar de acercar a la dirección del Partido
a todas los elementos capaces, Peronistas de verdad, que vengan con el
espíritu de sacrificarse y poner a contribución sus fuerzas en pro de
esta causa de la nacionalidad. Deben ser tolerantes, porque hay que
tolerar para que nos toleren; deben ser tolerantes, porque hay que
tolerar para que nos toleren: deben ser persuasivas y llevar adelante la
doctrina, y no solo predicarla, sino practicarla con amor, con espíritu
de abnegación y de renunciamiento.
Ustedes piensen que el General Perón nos dijo hace
poco tiempo que nos había dado una palanca con la cual podíamos mover el
mundo y que lo importante era saber mover la palanca. El medio lo
tienen. Tienen esa doctrina, tienen a un Líder insustituible, como es el
General Perón y tienen una patria maravillosa, como es la nuestra. Pero
tienen que trabajar y sacrificarse porque nada se consigue sino por el
camino del sacrificio, de la comprensión y del amor.
Les pido a todas ustedes que cuando vean, en
cualquier rincón del país, por mas alejado que sea, a una mujer que
tiene un corazón bien puesto, como el del 17 de Octubre de 1945, traten
de acercarla a nuestras filas y ustedes deben informarme de ello, puesto
que yo no tengo el privilegio de estar en todos los lugares de la
Patria para auscultar a cada una de las Peronistas que trabajan en pro
de nuestra causa. Piensen que nuestro movimiento es grande y que hay
cabida para todas, para que trabajemos una para todas y todas para una.
Pero que no sea un “slogan” eso de “una para todas y todas para una”.
Que eso sea una realidad como son las realidades que nos esta dando a
manos llenas el General Perón, que tiene el privilegio de amar a todas
las Perónistas por igual, sin preferencias por ninguno. Así quiero yo
también a las Peronistas. Cuanto mas pequeñas mas las quiero. La que a
ustedes les parezca mas insignificante, es la que esta mas cerca de mi
corazón. Esta oportunidad creo que es la primera en que tomo contacto
con las subcensistas, secretarias y prosecretarias de un distrito como
es el de la Capital Federal y la aprovecho para decirles a todas que
cualquiera, aunque ocupe un cargo de secretaria o prosecretaria, si se
sacrifica colaborando por nuestra causa, puede llegar a ser la futura
dirigente del Partido Peronista Femenino. Sacrifiquémonos; no pensemos
en horarios ni en nada. Estamos luchando por el ser o no ser de la
Patria y, cuando las fuerzas físicas se debiliten, levantamos nuestros
ojos hacia la figura de nuestro Líder, el General Perón, que esta
quemando su vida en aras de la felicidad de todos los argentinos. Seamos
una vértebra poderosa de esa columna de trabajadores que silenciosa
pero tenazmente, esta dando a diario muestra de su fidelidad y de su
amor hacia el General Perón.
Yo
ambiciono a que la rama femenina del Partido Peronista le brinde nada
mas que satisfacciones, pero para ello debemos trabajar incesantemente,
luchar sin egoísmos y sabernos tolerar mutuamente. Cuando una Peronista
tenga alguna divergencia con otra, piense que hay una sola bandera; la
del General Perón. Cuando se peleen dos Peronistas, no me traigan a mi
el problema porque me causan un gran dolor. Yo quiero ser igual con
todas para no ser injusta. En una familia pueden pelearse dos hermanas,
pero siempre siguen siendo hermanas. Yo deseo que esta sea una gran
familia; la familia que ambiciona el General Perón.
Hoy, nosotras tenemos el privilegio de tener un
hombre de los quilates de nuestro Presidente y es por eso que debemos
formar esta rama, que hoy se inicia, con toda la perfección y con todo
el amor que el quiere. Formemos un partido político que encierre todas
las virtudes que los mismos deben tener. Que no sea lo que han sido en
nuestro país; algo desagradable y molesto, sino que sea un instrumento
principalísimo y valiosa para la grandeza de la Patria. Esa lo
lograremos con sacrificio y colaboración.
Deseo que cada una de ustedes, en la circunscripción
que representen, le llevan a todas las mujeres Peronistas un abrazo
afectuoso y este pensamiento mío, aun a aquellas que no están dentro del
partido. Lo que yo quiero decirles es que se sacrifiquen. La que mejor
colabore, la que mejor trabaje por la causa, será quien en el futuro
quede al frente del Partido. Yo quisiera que surgieran otras mujeres de
esas condiciones; lo deseo y así lo espero. Necesitamos valores
femeninos jóvenes, ya que tenemos una doctrina maravillosa y un Líder
como el General Perón. Debemos actuar en estrecha colaboración con los
hombres, animadas por el mismo ideal y constituyendo dos fuerzas
paralelas que se complementen, tras el camino que nos ha señalado el
General Perón para lograr una patria socialmente justa, económicamente
libre y políticamente soberana.
Empecemos
por ser disciplinadas. Seamos unidas; yo quiero que la mujer argentina
logre algo, que llegue, que triunfe. La señora de Perón no quiere
absolutamente nada para si, sino que las mujeres tengan un arma poderosa
en su unidad y que sean organizadas: así triunfaremos, si no, no.
Por ello estamos constituyendo estas vanguardias del
Peronismo. Ello requiere perseverancia y hacer como el General Perón,
quien encontró frente a si dos caminos: uno asfaltado, y otra
obstaculizado por una tupida maraña. Perón se abrió paso a hachazos por
entre esa selva de inconvenientes y obstáculos, hasta entrever al fin,
como esta entreviendo ahora, un mañana promisorio para todos los
argentinos. El otra camino, tan fácil y cómodo, era el de la entrega, la
entrega no solo del pueblo sino de la Patria toda.
Dentro de muy poco tiempo hemos de rendir un homenaje
al General Perón; haremos bajar a todas las compañeras del inferior,
para que, juntas con las de la Capital Federal, podamos decirle,
“presente, mi general”, siguiendo el ejemplo de todos los trabajadores,
que son misioneros de Perón y desde la cuna hasta la muerte luchar por
la doctrina Peronista.
Ustedes
deben saber que yo estoy siempre dispuesta para aclarar cualquier
malentendido, para reanimarlas y darles confianza y fe; yo quiero ser
para las mujeres Peronistas como madre, como la hermana, que trata de
comprenderlas, de ayudarlas y de hacer que se entienden y ayuden entre
ustedes mismas. Cuando todas logremos esta unidad y este entendimiento
mutuo, el General Perón podrá dormir tranquilo su sueno de patriota,
sabiendo que su sacrificio no ha sido estéril, y que, a través de los
tiempos, la doctrina Peronista se robustecerá y engrandecerá por la obra
de la sangre nueva y las ilusiones patriotas de las futuras
generaciones.
Yo levanto mi copa para brindar, no por mi cumpleaños
que es simplemente el cumpleaños de una descamisada mas, sino para
brindar por ustedes, por la felicidad de todas las mujeres Peronistas
argentinas, aun por la felicidad de aquellas que viven en las regiones
mas lejanas del país. A todas las tengo muy cerca de mi corazón y las
estrecho cariñosamente, recordándoles que nadie debe creerse, porque
desempeñe un cargo o una función, dueña del Partido Peronista, porque
las verdaderas dueñas son las descamisadas de la Patria, las
descamisadas del 17 de Octubre de 1945. Nosotros tenemos la enorme
responsabilidad de comprender y llevar a la practica y cristalizar los
ensueños y los afanes de nuestro Líder, el General Perón. Por el brindo,
por el forjador de nuestra nacionalidad, el General Perón. Por el
brindo, por el forjador de nuestra nacionalidad, el General Perón, y
porque todos los años nos encuentre juntas.